SECOM CyC  Blog  ¿Cómo tratar las molestias de la ATM?
  09 enero 2020, jueves

¿Cómo tratar las molestias de la ATM?

El mal funcionamiento o disfunción de la ATM (articulación que nos permite abrir la boca) puede originar diversas molestias que afectan a la calidad de vida. Afortunadamente, el cirujano maxilofacial dispone de diversas técnicas muy eficaces para tratar dichas molestias cuando otros tratamientos conservadores fracasan

Los trastornos de la articulación temporomandibular o ATM son relativamente frecuentes y afectan a una función básica de nuestro organismo, que es abrir la boca. Ruidos, problemas para abrir la boca, molestias al morder o masticar, dolor de oído y sensibilidad en la mandíbula son síntomas comunes de esta afección.

Para el paciente padecer este tipo de problemas puede suponer una merma importante en su calidad de vida por lo que urge un diagnóstico temprano y tratamiento por parte del cirujano maxilofacial.

Diagnóstico y tratamiento de las molestias de la ATM

 Las pruebas diagnósticas suelen incluir una evaluación dental y una exploración física minuciosa, así como radiografías, resonancias magnéticas en la ATM. Puesto que no existen pruebas específicas, el médico decide cuáles de las anteriores utilizar para llegar a un diagnóstico preciso.

En cuanto a los tratamientos, hay un conjunto de técnicas quirúrgicas para abordar y solucionar las molestias de la ATM. El cirujano maxilofacial es el profesional indicado para llevar a cabo estos procedimientos. Mínimamente invasivas y eficientes son la infiltración de algunas sustancias visco-activas y, sobre todo, la artroscopia.

Las infiltraciones de ácido hialurónico consiguen buenos resultados. La inyección sirve para dilatar el espacio articular además de  reducir la fricción entre las superficies articulares aportando propiedades antiinflamatorias.

La artroscopia

 Por otra parte, la artroscopia es un tratamiento muy frecuente realizado por el cirujano maxilofacial y que es muy efectivo. Este tipo de cirugía mínimamente invasiva consiste en la colocación de un pequeño tubo delgado (2 mm de diámetro) en el espacio articular y la inserción a continuación de un artroscopio para la exploración de las anomalías que provocan la dolencia. Posteriormente, mediante una serie de instrumentos diminutos y muy delicados, se van realizando las distintas técnicas artroscópicas. La estancia hospitalaria del paciente es mínima y su recuperación tras la intervención, rápida. España es una potencia actual en cuanto a escuelas de artroscopios recibiendo los distintos centros cirujanos de otros países para su formación.

La artrotomía

En otras ocasiones por la severidad del caso hay que acudir a una cirugía abierta (Artrotomía) para eliminar estructuras degeneradas con o sin reconstrucción. Aun así, el cirujano maxilofacial tiene un entrenamiento durante su formación que hace que esta cirugía se desarrolle con un postoperatorio mínimo.